Tomando como base los problemas de salud que usted atiende y los riesgos de una mala nutrición para sus pacientes, resulta indispensable contar con herramientas actualizadas que otorguen un adecuado diagnóstico nutricional, a través de una historia clínico-nutriológica que comprenda datos generales, historia médica, historia sociocultural, historia dietética, exploración física, evaluación de la composición corporal y evaluación bioquímica.

El punto crucial de la evaluación del estado de nutrición es considerar que se requiere varios elementos para su aplicación:

1. La obtención de información verídica por parte del paciente evaluado a partir de una entrevista nutriológica certera.

2. La realización de una serie de pruebas y mediciones tales como: la antropometría (incluye peso, estatura, perímetros y pliegues cutáneas) o como la impedancia bioeléctrica que permitan obtener una estimación aproximada de las reservas corporales magras y grasas.

3. La evaluación e interpretación de los datos bioquímicos que se le hayan realizado a su paciente.

4. Finalmente el establecimiento de un diagnóstico del estado de nutrición que le será entregado a usted o a su paciente si así o desea.

La dieta del paciente será calculada de manera individual considerando su edad, género, nivel de actividad física, estado fisiológico, y por su puesto las modificaciones alimentarias pertinentes asociadas a su enfermedad.

Se desarrollará un cuadro dietosintético, el cual expresa de forma sintetizada como se distribuye la energía de la dieta a partir de nutrimentos energéticos: hidratos de carbono, proteínas y lípidos. La suma de la energía portada por éstos tres grupos de nutrimentos corresponde a la energía total requerida en la dieta de su paciente. Ésta información se utiliza para calcular las raciones de los alimentos que deberá consumir su paciente, empleando el sistema mexicano de equivalentes.

Así mismo, se realizará el fraccionamiento de la energía y nutrimentos de la dieta en diferentes número

El plan de alimentación es la traducción del sistema de equivalentes distribuidas entre el número de comidas que acostumbre o se le recomiende consumir al paciente.

Éste plan incluirá también los diferentes horarios en los cuales el paciente es recomendable que coma ciertos alimentos, contando con formatos impresos que le faciliten la comprensión de como traducir las raciones equivalentes en alimetos y después en platillos.

En cada consulta subsecuente se refuerzan los conocimientos necesarios que requiere tener el paciente para lograr un mejor apego a su tratamiento tanto médico como nutricional.

Se utilizarán modelos de plástico del tamaño real de las raciones para facilitar el entendimiento del plan de alimentación.

Así mismo, se le enseñará a identificar aquellas preparaciones que contengan nutrimentos que afecten su salud y así su paciente podrá elegir preparaciones de acuerdo a su condición clínica.

Otro aspecto relevante en cuanto a la orientación alimentaria de su paciente, es que se le enseñará a entender el contenido del etiquetado de los alimentos, lo cual le permitira hacer selecciones adecuadas de los alimentos industrializados.

A través de visitas subsecuentes, se reevalúa la modificación de hábitos alimentarios y su impacto en el estado de nutrición para así corroborar la eficiencia del manejo nutricio que se le dió.

En éstas consultas, el paciente aclara sus dudas, y se refuerzan las estrategias planteadas para continuar con un apego al plan de alimentación y así garantizar el éxito de éste.